A pesar de ser una ciencia relativamente joven respecto a otras, que están por tradición más asentadas en la sociedad, no debemos caer en el error de pensar que no existen salidas profesionales para los graduados y graduadas. Paradójicamente, sucede justo al contrario. La biotecnología es, por definición, el uso de la maquinaria biológica de seres vivos de manera que pueda resultar beneficiosa para el ser humano. Es por esto que abarca un amplio rango de ámbitos en los que se pueden encontrar aplicaciones:
- El más directo, es el ámbito sanitario. Las nuevas técnicas de diagnóstico y el desarrollo de nuevos tratamientos nos guían hacia una medicina cada vez más personalizada. También en la dirección del desarrollo de nuevos fármacos y vacunas que respondan de manera más eficiente a las necesidades que plantea cada paciente. En este campo existen muchos puestos en hospitales (BIR) y en institutos de investigación biomédica donde se desarrollan estas nuevas técnicas y se diseñan terapias. En el ámbito de lo privado, hay multitud de empresas farmacéuticas que incluyen biotecnólogos en su plantilla. No podemos pasar por alto el desarrollo de productos para la salud animal como los nuevos alimentos usados en ganadería.
- El desarrollo de plantas genéticamente modificadas tiene su utilidad en la mejora de la alimentación y la optimización de la agricultura. Los cultivos son cada vez más productivos, eficientes y rentables y generan alimentos más nutritivos, todo ello con el consecuente respeto al medio ambiente. En alimentación, la aplicación de conservantes y mejora de procedimientos de elaboración es llevado a cabo por profesionales del campo así como el control de seguridad de los propios alimentos. Por esta razón, las empresas de semillas y productos agrícolas han venido desarrollando esta ciencia en las últimas décadas y, de hecho, ha evolucionado de la mano de la expansión de los GMOs.
- Y es en el aspecto anteriormente mencionado, el del respeto hacia el medio ambiente, donde los biotecnólogos hemos visto una explosión de aplicaciones en los últimos años. La concienciación sobre la reducción de emisiones, la descontaminación de aguas y suelos, la eliminación de microplásticos y el uso responsable de los recursos naturales limitados están siendo los principales ejes de desarrollo biotecnológico por parte, principalmente, de organismos públicos. Las estrategias de bioprevención y biorremediación permiten combatir catástrofes y somos los biotecnólogos los que podemos llevarlas a cabo.
- También, existe mucha demanda de personal en la producción industrial de combustibles, solventes y ácidos orgánicos y otras sustancias cuyo origen se sitúa en el metabolismo de microorganismos y que resultan fuentes renovables. Existen multitud de empresas que basan su funcionamiento en la búsqueda de nuevos compuestos en la microbiota de diferentes animales y en los ecosistemas marinos.
Por todo ello, estudiar biotecnología permite contribuir al desarrollo de un mundo mejor a través de cualquiera de las salidas profesionales que solamente tienen a la imaginación como límite.