La química de Velázquez

Sin lugar a dudas, entre las familias reales más destacadas de la historia de Europa, la de Felipe IV guarda un puesto especial. Si bien el monarca pasó a la historia como uno de los grandes gobernantes del Imperio español, sensato e inteligente, su familia es más reconocible en el cuadro de Diego Velázquez que, aunque lleva de título La familia de Felipe IV, es más común nombrarlo como “Las Meninas”.

La familia de Felipe IV o Las Meninas, Velázquez. 1656, óleo sobre lienzo, 381 x 276 cm.

Son numerosos los misterios que rodean a la obra y la hacen tan intrigante. ¿Qué está plasmando Velázquez en el lienzo de la izquierda? ¿Es la pintura la imagen que refleja un espejo en frente del pintor? ¿Por qué el rey Felipe IV aparece dentro de un marco, al fondo de la sala, junto con su esposa en lugar de en primer plano? ¿Es esa la reflexión de otro espejo? ¿Quién es el hombre de la puerta?

Pero yo no he venido a responder a esas cuestiones. Ni a comentar la obra. Me considero aficionado a la pintura pero no con la suficiente autoridad como para hablar de un tema tan alejado de mí como es la historia del arte. Sin embargo, sí que tengo claro que un cuadro tiene tantas interpretaciones como personas lo contemplen. Aquellos que recibieron una formación más inclinada a interpretar las formas y el contenido se fijarán en la disposición de los personajes, en el estilo alla primade Velázquez y las características pictóricas y no me cabe la menor duda de que podrán responder a las preguntas anteriormente formuladas. Quienes sepan sobre la vida de las personas que aparecen retratadas y de su influencia en el transcurso de la historia, nos contarán que en el cuadro sólo aparece una hija del rey, la infanta Margarita, nacida de su segundo matrimonio con su sobrina, aunque se cree que tuvo alrededor de 30 vástagos más de otros matrimonios y familiares cercanos.

Sin embargo, existe otro punto de vista del que pocos hacen uso. Empieza por fijarse en un pequeño detalle. Velázquez se autorretrata junto a la familia del rey. Muchos lo interpretan como un riesgo que su arrogancia y su estatus se podían permitir. Y dentro de este acto de posible prepotencia, se pinta pintando. Nos muestra con qué materiales está trabajando y nos dice que con esos pigmentos que él tiene en su paleta, puede crear una auténtica obra maestra. Es aquí donde empieza nuestro punto de vista: ¿cuál es la composición química de esos colores?

Autorretrato de Diego Velázquez en Las Meninas

Muchos historiadores aseguran que la paleta que Velázquez sostiene y que, en definitiva, es la que usa en sus cuadros, resulta mucho más pobre en cuanto a variedad de pigmentos de lo que podría pensarse a partir de sus obras. Es decir, utiliza pocos colores pero sabe mezclarlos muy bien.

Los pigmentos se consiguen mezclando unos polvos o extractos de diferentes minerales y compuestos químicos con una serie de sustancias que le confieren fluidez, de manera que se puedan distribuir con un pincel. En concreto, Velázquez, para generar el pigmento que pudiese aplicar sobre un lienzo, mezclaba los polvos con aglutinantes naturales, es decir, con grasas animales, colas con alto contenido en colágeno y yemas de huevos que contienen principalmente lípidos. Además, para conseguir los diferentes grados de transparencias, diluía los pigmentos en diferentes proporciones. Así para las capas más opacas usaba pigmentos con mayor cantidad de aceite mientras que en las transparencias la pintura no es tan densa.

  • El color negro es un material creado por carbonización de los huesos de animales que eran desechados. El componente principal de los huesos es lahidroxiapatita de calcio [Ca5(PO4)3(OH)]. Se trata de un fosfato de calcio cristalino que forma la matriz extracelular en el hueso y es generada por los osteoblastos, células óseas especializadas en formar matriz.Además, el pigmento conocido como negro de hueso también tiene un 10% de carbono, fosfato de magnesio [Mg3(PO4)2] y carbonato cálcico[CaCO3] procedente de otros materiales de la matriz ósea y de restos celulares carbonizados.

  • El color blanco se consigue a partir de la calcita (CaCO3) en este cuadro. Anteriormente, Velázquez había utilizado albayalde o carbonato de plomo [PbCO3Pb(OH)2] pero lo fue sustituyendo con el tiempo por el pigmento de calcita con el que le resultaba más fácil pintar y con el que conseguía mejor efecto de la transparencia.

  • El color ocre claro más conocido como siena natural es, literalmente, la tierra del suelo de los alrededores de la ciudad italiana de Siena. Se compone principalmente de óxido de hierro [Fe2O3]hidratado en proporciones diferentes según el tono de ocre-amarillo. Además, vienen asociados a arcillas que le confieren tonos más dorados según la especie. Cuando las tierras de siena se queman, se deshidratan. Al perder agua, se adquieren pigmentos de color ocre oscuro o siena tostado que también se incluyen en esa paleta y ayudan a dar esa atmósfera pulverulenta a los cuadros. Sin embargo, el cuadro está pintado con tierra más cercana al pintor, con la de Sevilla, de color ocre claro y propiedades similares a la de Siena.

  • El color azul ultramar se adquiere de polvos de lapislázuli. Su fórmula química es 3Na2O • 3Al2O3 6SiO2• 2Na2S obtenida de la lazurita del lapislázuli. No obstante, la lazurita no es el único mineral del que se compone el lapislázuli, existen inclusiones de clacita, pirita, haüyna, soldalita y noseana, por lo que no es uniformemente azul. Para extraer el pigmento se trataba separar los “contaminantes” pero no siempre se conseguía. Es por ello que en el siglo XIX, se sustituyó por el azul de Prusia, pigmento descubierto en el siglo anterior de forma accidental por un químico en Berlín mientras intentaba obtener un pigmento rojo, y por el azul de cobalto cuya popularidad también se incrementó de forma coetánea.

  • Por últimos, los colores rojos en la paleta aparecen de dos formas. La primera de ellas es de componente inorgánico, el bermellón, extraído del cinabrio que está compuesto por mercurio [Hg] en un 85% y azufre [S] en un 15% o bien tierras rojas como la llamada tierra de Esquivias de un color rojizo ligeramente anaranjado. Por otra parte, el color carmín que resulta ser una sal alumínica del ácido carmínico [C22H20O13]. Se extrae de las cochinillas hembra (Dactylopiuscoccus) que llegan a contener hasta el 21% del producto en peso seco. Para la obtención del pigmento se secan los insectos y se hierven en agua con ácido sulfúrico para después precipitarlos con alumbre y cal.

Estructura química de la sal de aluminio que compone el pigmento carmín.

En definitiva, este es el origen de los pigmentos dela paleta con la que Velázquez se autorretrató junto a la familia del rey y con la que nos enseña a quienes, 400 años después, seguimos mirando a la infanta Margarita que hasta con el mínimo de materiales también podemos llegar a las grandes creaciones.

Bibliografía:

Félix Andújar Sánchez. Estudiante de 4º de Biotecnología

 

 

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